Sunday, January 07, 2007

LOLITA INTERRUPTA



Hace poco más de una hora el canal 2 de Televisión Española se ha permitido interrumpir, súbitamente y sin previo aviso, la proyección de la espléndida película de Stanley Kubrick para conectar en directo con el hotel Palace de Barcelona, donde se iba a proceder a la proclamación y posterior entrega del premio Nadal de narrativa. Justo en el momento en que Peter Sellers, travestido ya en el doctor Zempf, le propone un enloquecido plan al pobre James Mason, bastantes minutos después de que la crecidita Sue Lyon, la Lolita de Kubrick, le diera de comer el bacon del desayuno a su padrastro de una forma tan confusa pero, desde luego, fatal.

La oxigenada locutora del canal 2, además de interrumpirnos la película de manera tan dramática, ha estado a punto de no dejar hablar al presidente del jurado que, titubeante, ha leído el acta y ha proclamado el preciado premio. El doctor Vilanova, que lleva ya muchos años siendo miembro del jurado y mentor del Nadal, permanecía impertérrito en el centro de la escena, ajeno a la interrupción de la televisión y probablemente ajeno a otras cosas más notables. Finalmente el ganador, Felipe Benítez Reyes, con una contundente chaqueta de cheviot gris, una camisa de cuello desmesurado, un atropellado currículum cantado más que contado por la locutora y una indecisión algo más que invernal, ha agradecido el premio con unas breves palabras ajeno, también lo queremos suponer, al momento especial que estaban viviendo Peter Sellers y James Mason.

La flamante 63 edición del premio Nadal ha venido a trufar, y esperemos que no sea para mal, una historia que conmocionó a toda una generación de lectores, que descubrió a Nabokov a muchos de ellos y que escandalizó, ahora pensamos que tan castamente, al público de 1962, un año tan complejo y tan absurdo que, no sabemos por qué, siempre nos persigue. Larga vida al premio Nadal, de todas formas.

6 comments:

Anonymous said...

Qué alegría reanudar la lectura de tus escritos amables llenos de historia y gastronomía. Y no me enrollo más que tengo mucho por leer.
;-)

manuel allue said...

Muchas gracias por tu comentario, Marisa. Me gusta que tengas mucho por leer.

B.

Anonymous said...

Habrá que leer a Benítez aunque sea tan borde, verdad? De momento, comentarte que el ganador del Herralde, Alberto Barrera Tyska, no me defraudó con su novela (La enfermedad) Te la recomiendo. Luego me cuentas.

manuel allue said...

En realidad la borde fue la locutora de TVE y Benítez muy, demasiado comedido. Ya veremos su novela. En cuanto a Barrera, que no conozco, te hago caso y ya te contaré.

Gracias, mil.

Biscuter said...

Una de las escenas que más gusta. Se inicia cuando Lolita sube las escaleras con la bandeja del desayuno.

De Benítez Reyes conozco más su poesía que su narrativa. Recuerdo "El novio del mundo", pero la recuerdo como una novela que no me entusiasmó. De sus poemas no olvido uno donde es hermosa la imagen de unos barcos fantasmales que llegan a un muelle.

Ni Benítez Reyes ni el "Nadal" (menos el "Nadal") justifican la interrupción de esa maravilla que se llama Lolita.

Saludos

manuel allue said...

No conocía a Benítez Reyes (mea culpa) pero me sé de memoria la película de Kubrick. Me la sabía, porque ha habido escenas que me han parecido nuevas y hasta Shelley Winters me ha parecido más joven y, sin embargo James Mason más viejo. Cosas de la edad (de "mi" edad).

Gracias y un abrazo.